Ya habían pasado al menos 3 días, o quizá 4, en el fondo no sabía ni cuanto tiempo llevaba ahí abajo. Sabía que tenía frío, que le costaba respirar y que apenas había luz, muchas veces había escuchado ruidos ahí fuera y esperanzado levantaba la cabeza, pero entonces se percataba de que solo eran ratas y otros animales.
Un día se dio cuenta de que definitivamente no sabía cuanto tiempo llevaba ahí abajo, no obstante recordaba la razón por la que había llegado allí. En el fondo sabía que en algún momento alguien llegaría a ayudarle y sacarle de ese espantoso lugar donde los sueños y recuerdos felices eran su mayor tortura...ese horrible lugar donde, tras conseguir conciliar el sueño, se despertaba y una mano que estaba agarrada a la suya se desmaterializaba.
De repente sintió algo extraño, eran muchos animales los que habían pasado por el pozo y se habían asomado, para después irse y en ocasiones escupiendo antes, pero eso que sentía, no, no era un animal. Escuchó una voz, era un voz dulce. De repente lo vio, una cuerda caía, el chico se asustó y se puso nervioso, no sabía que hacer. La voz le dijo que agarrase la cuerda, tras pensarlo bien, lo hizo...
Cogió la cuerda, con las fuerzas que le quedaban y de repente...luz, la vio, se quedó ciego durante un momento. Entonces sintió el aire en su cara, lo respiró, era increíble. Y después la vio a ella, era preciosa ciertamente pero aun así debía tener cuidado. Sabía que la gente de fuera no era de fiar y que podía hacerle daño, pero ella habló y su voz le hizo olvidar esa ley, él se sentía genial, y ella lo había sacado del pozo. Tenía que ser buena...
No recordaba que estar ahí fuera fuese así, al menos no veía eso en sus sueños, pero igualmente era casi perfecto. La abrazó y de repente sintió de nuevo el calor, ese calor que llevaba tanto tiempo sin sentir, ahora si que todo era perfecto.
Repentinamente sintió como la chica se separaba de él y daba un paso atrás, el chico se quedó paralizado sin saber que hacer, sin comprender que ocurría. Entonces, para el alivio del chico la chica se acercó de nuevo a él...y entonces colocó sus manos sobre su pecho, y, le empujó. Le empujó con fuerza, y el chico notó como su cuerpo se desplazaba hacia atrás sin comprender aún nada, sus pies dejaron de tocar tierra, ya no tocaban nada, miró hacía abajo mientras sentía que la boca del pozo se hacía cada vez mas pequeña, y cayó...cayó de nuevo en el frío suelo del fondo del pozo. Tras todo esto se percató de un fuerte dolor en el brazo izquierdo, lo tenía roto.
No volvería a confiar en nadie solo porque le lanzase una cuerda.